COLECCIÓN DE MENSAJES (101-120 )

CI - Las mujeres no deben dar la comunión ni deben leer las lecturas en la Misa.

CII - Que no haya más discordia.

CIII - Yo no he venido a amenazar al mundo sino he venido a exhortarlos para que cambien de vida; muchos dicen que Dios es amor y es verdad, pero muchos hablan cosas para sacarse los pecados de encima y dicen: no creo que la Virgen castigue porque no puede ser. Pero de cierto os digo que Yo no soy quien castiga sino el Señor.

CIV - Dios pone a sus hijos a prueba. Por eso existe el libre albedrío. Dios es todo amor y como es vuestro Padre os quiere salvar del fuego del infierno; por eso estoy Yo aquí, para salvar almas que van a la perdición.

CV - Vosotros dudáis porque no tenéis la fe suficiente para proclamar a Dios, el Rey de Reyes, el Todopoderoso. Afirmaos, no seáis tibios porque Dios los vomita. Todo lo bueno es bueno, todo lo malo es malo; tu corazón te dirá aquello bueno y aquello malo. Orad mucho, rezad el Rosario diariamente, los quince misterios. Orad mucho, pedid a Dios.

CVI - Muchos dicen: Hay que ser prudentes y piden prudencia. Pero... tampoco deben juzgar porque Dios es el único que juzga.

CVII - Penitencia, penitencia por todos los hijos de Dios incrédulos que esperan ver para creer.

CVIII - Esta aparición no será reconocida aún. Dirán muchas cosas, pero al fin mi Inmaculado Corazón Triunfará. No te diré cuando, pero sí te avisaré;

CIX - Soy la Llena de Gracia; soy la Madre de la Iglesia agonizante; soy la Madre del Verbo; la Virgen María (*).
(*) Respuesta a un sacerdote que dijo que no le satisfacía “Yo soy el Corazón Inmaculado de la Encarnación del Hijo de Dios” sino que quería otra respuesta a la pregunta ¿Quién es Usted?

CX - Muchos se preguntan por las profecías de ayer. Yo soy la Corredentora, la Llena de Gracia y la Madre de la Iglesia agonizante, pero no de su perdición, porque también soy la Madre de la Iglesia triunfante. Muchos sacerdotes van por el camino de la perdición y también muchos fieles. La Iglesia sois vosotros mismos y aquéllos que van por el camino de la perdición son la Iglesia agonizante. A esa vengo a rescatar para que triunfe y esté un día junto a la Iglesia triunfante.

CXI - El satélite de destrucción de los Estados Unidos, nuevamente se pondrá en orbita en abril (*). Si no rogamos, el dragón rojo entrará a Chile. El Santo Padre tiene que sufrir mucho, mucho. Será nuevamente atentado; pero Vuestra Señora va a tomar su espíritu y no temerá. El Santo Padre va a tener que morir llegará el sucesor. Luego vendrá otro y terminarán los reinados papales. Gran destrucción afectará a la Iglesia, de monte a monte; porque el trigo seco, el trigo podrido no da. Al igual que las piedras no crecen. Un olivo y un cerezo; uno en el desierto y otro en el campo. Así será. Muchas almas que están en el desierto no conocen a Dios. Depende de vosotros que lo conozcan. Deberéis rezar el Rosario todos los días para la conversión de los pobres pecadores.
(*) Se cumplió en abril de 1984.

CXII - Muchos piden señales, pero no saben que la verdadera señal es mi Hijo. Piden porque están curiosos y aunque lo estén viendo, no creen. Cuántas señales os he dado, pero no queréis ver. Vuestro corazón es duro como la piedra. Velad y orad mucho, porque viene el tiempo de los tiempos, el gran día del Señor.

CXIII - Mi Hijo está muy solo en el Sagrario y vosotros no queréis ir a verlo. Id a hacerle compañía aunque sean unos cinco minutos. Os suplico y os digo, hijitos míos, que vayáis porque ya no hay personas dignas de ofrecer la Víctima Inmaculada al Eterno en favor vuestro.

CXIV - Ofreced la Víctima Inmaculada al Padre Eterno en favor del mundo.(3)
(3) Oración de ofrecimiento enseñada por el ángel en Fátima.

CXV - Mi Corazón está entristecido, mis lágrimas caen de mis ojos. No quiero la perdición de vosotros.

CXVI - Rezad mucho por la conversión de los pecadores. Jesús sufre mucho por vuestra conducta. ¡Arrepentíos! No lo crucifiquéis más. Los hombres adoran las cosas materiales y no a Dios Todopoderoso.

CXVII - Dile a mis hijos predilectos (sacerdotes) que deberán estar muy firmes porque llegarán días muy pesados para ellos. Pero cuando haya ocurrido todo, mi Hijo Triunfará.

CXVIII - Os pido que consagréis al mundo a mi Inmaculado Corazón, como lo pedí en Fátima y vuelvo a deciros: Amaos los unos a los otros, como os lo dijo mi Hijo al estar en el mundo.

CXIX - Seguiré dando los mismos mensajes que he dado en Fátima y en La Salette. Los han dejado como si nada hubiese dicho. Mi Corazón se entristece y ruega por aquellos que esconden mis mensajes.

CXX - El mundo deberá pensar antes de actuar porque está actuando como si fuera un robot. Los sacerdotes deberán estar muy firmes porque llegará el día que los sacerdotes se opondrán a los sacerdotes.