COLECCIÓN DE MENSAJES (141-160 )

CXLI Dios Padre, que en este mundo haya paz y amor que los pueblos se unan a Jesucristo Nuestro Señor y junto a María, Madre Nuestra llenes de bendiciones nuestros corazones. Te pedimos por los pueblos que con sus infidelidades y su mala vida crucifican a Nuestro Señor, especialmente por Rusia. Que triunfe el Inmaculado Corazón de María Santísima en ellos. Jesús mío te lo pedimos sinceramente de corazón Amén. Señor Jesús. Amén. Oración enseñada por la Santísima Virgen a Miguel Angel: Señor mío, sálvanos del fuego del infierno, ayuda al desamparado, protege a los pueblos de las asechanzas del demonio porque tú eres Santo y Señor de todo lo creado, lleva a todas las almas al cielo y que vivan la gloria con Jesús Nuestro Señor. Así sea.

CXLII (Dado el 7 de octubre de 1984, día de Nuestra Señora del Rosario) Oración de reparación a Dios. Por todas las ofensas hechas a tu Santísima Madre, el mundo te pide perdón. Por su intermedio te lo pido pues, con los ojos, oídos y boca he ofendido tu Corazón y el de tu Madre Santísima. ¡Oh, Dios mío! líbranos de todo pecado y perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos. Señor, ilumina nuestras mentes y pon amor y comprensión en muchos hermanos, con tus animales y toda la creación para que no la destruyamos más y no hagamos cosas que ofenden a tu Corazón y a tu Madre. Por eso, en este día maravilloso de Nuestra Señora del Rosario, ellos y nosotros rogaremos mucho por las almas. Señor y Dios mío, Tú que te encuentras solo en el altar, prometo - aunque sea cinco minutos todas las semanas -, ir a verte porque Tú eres Santo y Señor de todo lo creado y Tú haces maravillas. Hágase tu Voluntad y no la mía y perdona nuestras ofensas a tu Madre, a su Sacratísimo Corazón con que Ella nos ama y que nosotros, con nuestras palabras ofendemos tanto.

CXLIII - Hijito mío, medita mis palabras antes de decirlas porque sufrirás bastante. El mundo está próximo a una gran confusión; habrá guerra en todo el mundo; la pobreza estará hasta en las más grandes capitales. Pero eso no es todo, los científicos están haciendo una bomba que destruirá la mitad del mundo y pobre de aquellos que queden vivos, porque querrán haber muerto y gritarán: ¡quiero morir! Pero ya será demasiado tarde. Satanás se posa en los grandes científicos y mete en sus mentes la maldad y la soberbia. También te digo, hijito mío, el Santo Padre deberá sufrir mucho. Yo estaré siempre con él. Rezad en familia y en grupos el Santo Rosario. Una noche como la que va a haber hoy, un día cualquiera, cuando la luna brille y la brisa bese los árboles, esa noche se verán en los cielos las estrellas en ritmo de danza. Hoy verás tu una caer del cielo ye estallará ante tus propios ojos. Esa, llevará una enorme cola luminosa. Una cosa puedo decirte, una noche cualquiera el cielo se abrirá y lloverá por sesenta minutos luego se despejará y el mundo pedirá a gritos la paz porque verán muchas cosas que no han visto antes. La guerra llegará por causa de EEUU. Rusia traerá la voz de guerra a Argentina y luego Argentina peleará con Chile. Será una guerra grande con muchos muertos. La gente que no accede a estas suplicas que hago tristemente, se arrepentirá.

(*) Este es mi mensaje: gritos y llantos se oirán sobre la faz de la tierra. Un gran humo negro habrá en el cielo, muchos seres vivientes morirán, otros quedarán vivos... Niños llorarán a sus familiares. Objetos en el cielo se verán caer sobre la tierra como lluvia de fuego. Luego se oirán gritos de pequeños inocentes que no tendrán el apoyo de sus semejantes. Mi corazón se entristece por aquellos ángeles que no tendrán el amparo de nadie. La pobreza reinará por la tierra; ni un ser humano será rico entonces. Por eso, rezad con todo el corazón porque habrá días que todos se acordarán de Dios y dirán: ¿Por qué esto? Y los grandes gobernantes dirán al pueblo: Ustedes, malditos sean, tienen la culpa. Y llorarán a gritos. Miguel Angel, de cierto os digo, el que tenga oídos escuche y el que quiera ver, vea. Tendrán que pasar muchas cosas antes de esto. ¡Gloria al Padre del cielo y haya paz sobre la tierra! Venid en caravanas y traed creyentes porque Yo intercederé por ellos ante el Padre y de cierto os voy a decir: si vosotros pedís se os dará. No tengáis miedo de pedir. Hijito mío, mi corazón se entristece porque si el hombre no cambia Dios castigará a la humanidad como no hay ejemplo. Haced mucha, mucha penitencia. Pedidle a mi Hijo porque ÉL os dará. Cuando venga un sacerdote tendrá que rezar, pero el sacerdote que tú vas a buscar, como sucedió con el primero, no te creerá, pero luego te haré fácil el camino. Que haya paz en el mundo es lo único que quiero, que todos lleguen al cielo. No quiero la perdición de ninguno de mis hijos. Dile a Patricio Rojas que rece el Rosario porque está siendo tentado por el demonio (es un niño). (16 junio 83)

(*) Describe las consecuencias de una eventual guerra nuclear. De aquí surge la angustiante exigencia de paz de algunos otros mensajes. No debe olvidarse que en el contexto de los mensajes marianos los castigos son condicionales.

CXLIV - Yo quiero una capilla humilde y sencilla porque quiero que mis hijos sean humildes. Yo abriré mi Corazón. El los conducirá al sendero que los llevará a Dios.

CXLV - Muchos obispos van por el camino de la perdición y están arrastrando a muchas almas y por amor al placer y al honor siguen convirtiéndose en cloacas de impurezas. Están llenando la copa. Si supieran realmente quien está aquí hablando pedirían misericordia y perdón al Señor porque Yo soy el Corazón Inmaculado de la Encarnación del Hijo de Dios, María Corredentora. (15 julio 83)

CXLVI Jesús: - Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen. No pequen más... Los hombres me siguen crucificando.

CXLVII Jesús: - Hijos míos, estoy muy solo en el Sagrario. Incluso algunos ni creen. He mandado a mi Madre para salvarlos.

CXLVIII - Hijitos míos: no os turbéis, ha llegado el tiempo de los tiempos. De cierto os digo que muchos perecerán si siguen así; ahí está escrito en el Evangelio. Vengo a salvar almas que van a la perdición; hay odio, codicia, blasfemia contra Dios. Hay muchas cosas que ofenden a Cristo y que piden una reparación al Inmaculado Corazón. Cuando recéis el Ave María decid: Madre Nuestra. Santa María madre de Dios y madre nuestra... porque soy Madre de todos. Pero, si el sacerdote os prohíbe, hacedle saco, obedeced y haced penitencia. No tengáis miedo de abrir los ojos a Cristo, veréis muchas cosas, muchos fenómenos sobrenaturales. No tengáis miedo, habrá prodigios para quien conserve la palabra de Dios.

CXLIX (*) Miguel, te diré esto: Este mensaje debes hacerlo público antes del 30 de agosto de 1984. Alza tu voz, que todos los sacerdotes te oigan. En primer lugar - cuando tú des este mensaje - el pastor dirá su segunda declaración, pero habrá que ponerse muy firme. He vuelto a dar mi mensaje de 1846, de La Salette. Luego, muchos de mis hijos se horrorizaron por este mensaje y dijeron que no es vocablo de la Virgen María. Pero, de cierto os digo que Melania y Maximino recibieron estos mensajes que Yo he dado el 7 de octubre de 1983. Os pido de todo corazón que reflexionéis mis palabras. Os pido que no ofendan más a mi Hijo. Muchas falsas ideas llevan a la Iglesia a un camino imperfecto. Es igual que el hombre que está tibio y duda de la palabra del Todopoderoso. Dios vomita al tibio porque El es muy celoso. También quiere que sea adorado y alabado El Señor de los Señores. El mundo debe pensar antes de actuar. Os pido que recéis el Rosario. Os exhorto a reflexionar y a cambiar de vida, porque mi Hijo es el Señor y Dios del Universo. Vuelvo a pedir que este mensaje sea publicado y enviado a todos los sacerdotes, obispos y cardenales: “Los sacerdotes, ministros de mi Hijo, por su mala vida, por su impiedad - hijito - en celebrar los Santos Misterios - hijito-, por el amor al dinero, a los honores y a los placeres se han convertido en cloacas de impurezas. Sí, claman venganza y la venganza está sujeta sobre sus cabezas. ¡Maldición a los sacerdotes y a las personas infieles que con su mala vida crucifican de nuevo al Señor”.(15 agosto 84)
(*) Del contexto de los mensajes se deduce claramente que: los sacerdotes que se han convertido en “cloacas de impurezas” no son todos los sacerdotes. Desde que esta frase apareció por primera vez en el mensaje de La Salette siempre se ha entendido referida a un grupo.

CL - He aquí que eran tres pastores. El primero tenía a su cargo 100 ovejas, el segundo 40 y el tercero 10 ovejas. Llevaron los pastores a pastar a sus ovejas. El de las 100 ovejas las dejó en un camino cerca de barrancos y quebradas con terrenos llenos de ortigas. El segundo dejó sus 40 ovejas a la orilla de un gran lago. Muchas se ahogaron mientras las restantes caminaban por áreas llenas de cardos. El que tenía a su cargo 10 ovejas las llevó a la cima de un cerro lleno de pastos aromáticos, las cuidó, las vigiló y cuando tenían hambre se preocupaba que comiesen y cuando tenían sed que bebiesen. El de las 100 ovejas llegó al fin donde su jefe con solo 65, el de 40 ovejas con sólo 16 y el de 10 ovejas con las 10 muy bien alimentadas. El jefe dijo al de las 100 ovejas. Te faltan ovejas. El respondió: se han perdido, Señor. Pues ve a buscarlas dijo el jefe, a lo que el pastor replicó con una mentira que luego fue descubierta: no se pueden ir a buscar pues tal vez se las han robado. El jefe, como este pastor no había cuidado las ovejas y las había dejado solas y por eso habían muerto muchas le quito el 10% de su salario. El otro pastor, el de las 40 ovejas y que ahora llegaba con 16, se disculpó ante su jefe diciendo: un pastor llamado Pedro me las ha robado y el jefe me dijo ¿quién te las ha quitado? Un pastor llamado Pablo, respondió. Por último vuelve a preguntar al jefe ¿quién te las ha quitado? Un pastor llamado José, fue la respuesta. El jefe le dice: te has equivocado tres veces. ¡Qué manera de contradecirte! ¿Qué hiciste realmente con las que faltan? Y el pastor temeroso de perder la vida o el salario dijo: tal vez andan por ahí. El jefe, que todo lo sabía sentenció: no las supiste cuidar y se han ahogado; en el camino ví muchas muertas. Tendrás un castigo: te quitaré el 8% de tu salario. El de las 10 ovejas, que era el tercer pastor, llegó con 24 y el jefe le dijo: ¿no tenías solamente 10 a tu cargo? Y el pastor replicó: en el camino encontré éstas, agonizantes, y que pedían auxilio. Las consolé y curé porque son tuyas, tienen tu marca. El jefe vio que eran de él y dijo: me has traído las que te he encargado y las que iban a la muerte. Te daré no sólo el salario sino también el Reino de los Cielos. El que tenga oídos escuche y el que lo descifre comprenderá las demás profecías.

CLI - Muchos han dicho: Es el demonio. Pero de cierto os digo: Quien no diga que el Verbo de Dios se hizo Hombre y habitó entre nosotros no es de parte del Señor, quien no proclame que Jesús se hizo Hombre y es Dios, no es de parte del Señor. No queréis entender; no queréis entender todos los mensajes y todas las señales. Que no vaya a ser castigada esta ciudad como la ciudad más perversa del mundo, pues no queréis oír la voz del Señor. Si os amenazan por causa de vuestra Señora estad firmes y no neguéis nunca.

CLII - No ofendáis más a Vuestro Señor que demasiado le han ofendido. EL mundo no implora misericordia ni perdón. Hoy he visto que muchos no vienen aquí para adorar a Dios. - No se quiere atemorizar a las almas, pero se quiere si advertirlas porque si no cambian Dios va a agotar su cólera y muy pronto. ¡Qué no os pille el ladrón! Estad preparados, en alerta, lavad vuestro corazón y arrepentíos.

CLIII - Exhorta a volverse a Dios.

CLIV - Cuántas cosas os digo y no entendéis mis súplicas. Ha llegado el tiempo de los tiempos. El fin de los fines. Os pido mucho, pero si pasáis la prueba Dios os premiará muy pronto. Mi Corazón Inmaculado será vuestro refugio y él os conducirá a Dios.

CLV - Hijitos míos, lo que voy a deciros hoy váis a tener que anunciarlo a toda voz porque estos son los designios del Padre. Si cambiáis de vida, si proclamáis la palabra de Dios fielmente y los mensajes, triunfaréis. Habrá muchos que tendrán miedo y se están rebelando. Otros muchos ya se han rebelado.

CLVI - ¿Acaso no comprendéis que estamos en los últimos tiempos? ¿No se dice que todo lo que está pasando debe suceder para la segunda venida de mi Hijo? ¿No se dijo que los hombres serían como mujeres y las mujeres como hombres? ¿No se dice también que nacerá tirando blasfemias y con dientes de serpiente? (*) ¿Acaso tenéis los ojos cerrados? ¿O no queréis abrirlos de miedo, de temor a encontrar la realidad? Pero también se dice: Apareció una gran señal, una mujer vestida de sol con la luna bajo los pies. ¡Cuantas cosas se han dicho! Y muchos no quieren creer. (*) Se refiere a la doctrina del anticristo.

CLVII - Si la humanidad no cambia, ha de caer un gran castigo. El mundo ya no implora misericordia ni perdón. Lo dijo en La Salette, a Melania y hoy lo vuelvo a repetir aquí ante todos vosotros. Muchos dicen que repito las cosas aquí en Peñablanca, pero seguiré repitiendo los mensajes que todos vosotros habéis escuchado. El mundo está lleno de odio y de pecado; la cólera de Dios ha llegado al colmo porque ya no se ama al prójimo ni a la madre, ni al padre, ni el padre ama a sus hijos, ni la madre ama a sus hijos. Se ha dicho; llegará el día en que los hijos se levantarán contra los padres y los padres contra los hijos. Ha llegado ya ese día.

CLVIII - Muchos tienen el corazón de acero y no quisieran tenerlo de migajas de pan. Pues quien no lo tenga como migajas de pan, en que éste se le suelte de a poco y dé a cada uno de los pájaros una migaja o pedazo de su corazón, quien no comparta no entrará en el Reino de los Cielos. Pues no un pájaro carpintero puede taladrar el corazón de acero, pero sí todos los pájaros pueden comer las migajas de tu corazón. El que tenga oídos que escuche. La migaja de pan es el corazón sincero lleno de amor. El corazón duro, ése... vosotros lo sabéis.

CLIX - Muchos enloquecen y adoran poleras, tapas de botellas y muchas cosas más. El rock está llevando muchas almas a la perdición; en la mala música Satanás se apodera del espíritu y trata de llevarlas a la perdición eterna. Mas, si dejan toda esa música ya habrán salido un paso de ese camino de perdición.

CLX - No es necesario decir ¡Señor! ¡Señor! ¡Bendito sea el Señor! Para entrar en el Reino de los Cielos, sino amar al prójimo y hacer sacrificios y orar para la expiación de los pecadores.