COLECCIÓN DE MENSAJES (121-140 )

CXXI - Bienaventurados los que creen sin verme porque estarán protegidos por mi Inmaculado Corazón.

CXXII - No hagáis caso a los que no quieren creer. Seguid con mis mensajes. Difundidlos.

CXXIII - Habrá que luchar mucho y estar en pie con Cristo, porque ha llegado la hora de luchar contra Satanás, rey de la mentira y de la soberbia.

CXXIV - Dios va a agotar su cólera. Desventurados los habitantes de la tierra. Nadie podrá sustraerse a tantos males reunidos; habrá pestes, hambre y mucho odio pero aún no se darán cuenta que vendrá el Hijo del Hombre a reinar y a juzgar a las gentes. Todo lo que está arriba caerá como lluvia de fuego (los satélites que no son naturales). Los mares y grandes olas tragarán muchas naciones. Pero sí, hay un camino, uno solo: el camino de la Verdad que es mi Hijo.

CXXV - Muchos piensan en los placeres humanos, en lo terrenal, pero no se acuerdan que existe Cristo. El vendrá a juzgar; pide arrepentimiento; que oremos por las almas del purgatorio; que veamos por nuestras vidas; que nos hagamos examen de conciencia y que sigamos el camino recto.

CXXVI - Aprontarse a un gran terremoto de un grado que jamás han pensado ni sentido. Rezad el Rosario para que no suceda.

CXXVII - Mi Corazón Inmaculado será vuestro refugio y el sendero que ha de conducirlos hacia el Señor, porque yo soy el Corazón Inmaculado de la Encarnación del Hijo de Dios.

CXXVIII - Orad por las almas del purgatorio.

CXXIX - Yo he venido a dar otra oportunidad al hombre y su medio ambiente. No me fuercen a soltarle la mano a mi Hijo, porque este mundo está lleno de pecado. Luego la cólera de Dios vendrá sobre el mundo. Pero ¡ay! de quienes sean hipócritas y dejen pasar estas palabras como si nada. El mundo deberá oponerse a los gobernantes que quieren las fuerzas nucleares, porque si no es así, pobre de aquellos que la usen porque llorarán a gritos. El mundo no quiere entender y prefiere la destrucción. Satanás está en medio de ello y ha tenido todo su control. Pero los que creen en Jesús y en mi Inmaculado Corazón tendrán mi refugio.

CXXX - Amad a vuestro hermano y proteged al desamparado, sin que nadie lo sepa, sin interés alguno. Por amar a vuestro hermano el Señor os premiará por vuestros actos buenos.

CXXXI - Los Rosarios que rezáis son como flores para el trono de Dios.

CXXXII - Dad limosna a todo el que pide, sea anciano o joven, niño o niña. Ved en ellos a Cristo que os pide.

CXXXIII - Quien no se humilla no entrará en el Reino de los Cielos.

CXXXIV - El Santo Padre deberá sufrir mucho. Yo estaré siempre con él.

CXXXV - El brazo de mi Hijo es muy fuerte pero está cayendo porque no puede sostener el peso de vuestros pecados. Cuantas veces el Evangelio dice: convertíos, para llegar al cielo y muchos se hacen los sordos.

CXXXVI - El mundo deberá pensar antes de actuar, pero de cierto te digo que no he querido soltarle la mano a mi Hijo porque deseo darle una oportunidad a la humanidad. El mundo pasará por una gran oscuridad. Lo que hay arriba en el cielo, los satélites, los objetos nucleares, caerán sobre la tierra dejando grandes desastres como terremotos y la furia del mar tragará muchas naciones. Por eso cambiad de vida para no caer en el mal.

CXXXVII - El que se acoge a mi Inmaculado Corazón no camina en la oscuridad.

CXXXVIII - Mensaje privado a un sacerdote.

CXXXIX - Nada tiene el valor del Reino de los Cielos.

CXL - No se puede servir a dos señores, a Dios y al dinero, a Dios y al placer, a Dios y al engaño.